El ministro de Justicia contra los jueces

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La costumbre que ha cogido el sanchismo de criticar y amedrentar a los jueces independientes es alarmante. Aquel famoso “de quién depende la Fiscalía”, del que presumía Sánchez, resultó ser tan solo el principio de una deriva más que preocupante. Si a la cabeza de las andanadas se coloca además el ministro de Justicia, la situación aún más grave. No es la primera vez que Félix Bolaños insinúa cosas como que la mujer del presidente está siendo perseguida, o como ha dicho ahora respecto de la instrucción del juez Peinado, al trasladar la intervención de Pedro Sánchez a las partes, que revela sus intenciones “blanco y en botella”.

Si Bolaños desconoce lo más básico de los procedimientos procesales, mal, y si no, y hace ese tipo de insinuaciones, peor. Este ataque al juez desde el Gobierno se produce mientras la Audiencia Provincial de Madrid ha ordenado que el juez Peinado investigue también si Begoña Gómez se apropió del software de la Universidad Complutense, desestimando así las maniobras de la Fiscalía para apartarlo del caso.

Ver a un presidente del Gobierno desafiante ante los jueces es una pésima imagen. Lo es también observar al ministro de Justicia como una suerte de ariete que va poniendo en cuestión la independencia de los jueces. Sin embargo, ver que los mecanismos del Estado de Derecho funcionan de todas formas es para felicitarnos, porque la batalla por una sana democracia se libra, en buena parte, en el juego de contrapesos de los que el Gobierno hace tiempo que parece querer librarse.