Pacto de Estado sobre las pensiones

La política económica española tiene dos asignaturas pendientes inmediatas: la financiación de las pensiones y el pago de los intereses de la deuda pública. Ambas partidas de los Presupuestos Generales del Estado suponen los mayores escollos, con la salvedad de que ningún Gobierno quiere pasar a la historia como el que ha condenado a los pensionistas a la miseria. La previsión de la ley de Presupuestos de una subida de las pensiones del 0, 25%, el mínimo previsto, cuenta ya con la aprobación preceptiva del órgano encargado de fiscalizar la viabilidad del sistema español de pensiones. Es una subida muy por debajo de la inflación prevista y puede suponer una pérdida considerable de poder adquisitivo de los pensionsitas. Hay que lamentar que la Comisión parlamentaria del Pacto de Toledo no haya avanzado en propuestas significativas que sean capaces de tapar el agujero de la Seguridad Social y garantizar la sostenibilidad de nuestro sistema de pensiones. Los efectos de la reuperación económica aún no son capaces de solventar los problemas que en este ámbito creó la crisis. Es necesario que la oposición se deje de propuestas demagógicas y se ponga a trabajar con el Gobierno en un Pacto de Estado sobre las pensiones que no esconda las incertidumbres y establezca unos fundamentos nuevos. Desgraciadamente el rumbo de la legislatura no permite ser optimistas sobre la forma en que se afronte esta verdadera urgencia.