Políticos que echan gasolina al fuego

De poco le ha servido a Quim Torra el guiño lanzado a los CDR, agradeciéndoles su presión en la algarada callejera. A los violentos todo les parece poco, y han vuelto a exigir su dimisión. Ante esto, resultan irresponsables declaraciones como las del ministro de Fomento, José Luis Ábalos, que ha asegurado, sin inmutarse, que todo está transcurriendo hoy en Cataluña de modo asumible. Lo ha hecho tratando de sacar rédito electoral, quitando hierro a las declaraciones incendiarias de Torra, y asegurando que la situación es Cataluña mucho mejor que la de hace un año, arremetiendo contra los otros partidos constitucionalistas, PP y Ciudadanos.

Tanto Pablo Casado como Albert Rivera han sido claros en su denuncia, y Ciudadanos ha ofrecido al PP forzar la comparecencia del Presidente del Gobierno en el Pleno del Congreso para que dé explicaciones sobre lo que está ocurriendo. Las imágenes de este 1 de octubre vuelven a ser humillantes para una mayoría amplísima de españoles. Por mucho que el PSOE lo tenga que decir para mantener un equilibrio imposible con sus socios independentistas, lo que ha vuelto a suceder en Cataluña, jaleado desde la Generalitat, no es asumible. La ocupación violenta del espacio público es un hecho grave. Y más grave es aún que algunas autoridades políticas, llamadas a ser prudentes y eficaces a la hora de actuar, se conviertan en un aval de los que utilizan la fuerza para saltarse la ley.