El PSOE no madura en materia de laicidad

Poco tiempo ha tardado el nuevo responsable socialista de Justicia, Libertades y Nuevos Derechos, Andrés Perelló, en anunciar que tiene la firme intención de proponer al comité ejecutivo socialista la denuncia de los Acuerdos entre la Iglesia Católica y el Estado. Esta propuesta, según el dirigente socialista, se justifica porque están obsoletos y no tienen parangón en ningún estado europeo. La ignorancia es atrevida. Perelló ha añadido que después de cuarenta años de democracia la Iglesia debe estar en su sitio, y se ha quejado de que aunque la Constitución establece que el Estado es aconfesional, esto “se confunde cada día que sale el sol”.Por desgracia, cuarenta años de democracia no han servido para que el PSOE madure en materia de laicidad. El socialismo español, en su viaje hacia la izquierda más extrema, toma de nuevo a la Iglesia como antagonista y amenaza con el mantra de la denuncia de los Acuerdos entre la Iglesia y el Estado, un mecanismo jurídico de implantación casi universal, que no ampara ningún privilegio sino que hace posible la sana colaboración que establece el mandato constitucional en beneficio de toda la sociedad. Sembrar otra vez la polémica en torno a la Iglesia es un juego rastrero de muy poca altura política, pero implica además azuzar viejos fantasmas que envenenan la convivencia social.