Línea editorial 27/10/2024

La renovación que impulsa el Sínodo

La Iglesia abre un nuevo tramo de su camino en la historia con la clausura este domingo, del Sínodo sobre participación, comunión y misión

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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La Iglesia abre un nuevo tramo de su camino en la historia con la clausura este domingo, del Sínodo sobre participación, comunión y misión. No se trata de poner fin a un trabajo que se ha desplegado a lo largo de tres intensos años de consultas y trabajos, incluso en las parroquias más recónditas. Todo ello, seguido de debates a nivel nacional y continental, con dos asambleas en Roma a las que han asistido participantes de todo el mundo. Ha habido una novedad evidente en el aspecto formal y metodológico. En cuanto al fondo, esta amplia participación vivida es ya representativa de una Iglesia que es comunión, orientada por entero a la misión a través del testimonio y del diálogo con todos, aun cuando sea difícil.

Se trata de hacer presente y vivo el Evangelio con todo su atractivo, un objetivo que nunca se podrá dar por cumplido con la simple publicación de un documento. En repetidas ocasiones ha advertido el Papa de que resulta estéril reducir la cuestión a un mero debate sobre estructuras, a la vez que pedía evitar afrontar el Sínodo como una lucha de poder entre facciones deseosas de hacer avanzar su agenda ideológica. Resulta significativo que Francisco haya elegido esta semana para la publicación de su cuarta encíclica, “Dilexit nos”, dedicada al Sagrado Corazón de Jesús. La renovación por la que aboga el Papa es justo eso: una vuelta a lo esencial de la fe, a la relación personal con un Dios que se ha hecho carne para mostrar su “cercanía, compasión y ternura”, que nos reúne en el cuerpo de la Iglesia y nos lanza al mundo para dar a conocer su amor a todos, generando así una fraternidad que incide en la historia.

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