El reto que viene

Algunos grandes bancos están trazando su estrategia para afrontar un inquietante fenómeno ante el cual los partidos políticos parecen estar sordos y ciegos: el descenso alarmante de la población y el fundado temor de que caiga la demanda interna. Parece fuera de duda de que se está vislumbrando otro tipo de crisis, a medio y corto plazo, que crecerá en proporción directa a la disminución de la masa laboral y el envejecimiento de la población, unido al previsible descenso de la cuantía de las pensiones.

Quien está dando la voz de alarma es la Asociación Española de Bancos que acaba de hacer público un informe sobre los efectos negativos que el invierno demográfico puede tener sobre actividades tan básicas para el negocio bancario como los créditos hipotecarios y la financiación del consumo. El informe advierte de los riesgos del descenso continuo de la población en los últimos cinco años, algo que no ocurría desde los años cuarenta del pasado siglo, con la previsión de que la natalidad siga a la baja en los próximos años. Este es uno de los principales retos que tiene España cara al inmediato futuro, por lo que se hace indispensable un pacto de Estado sobre el crecimiento demográfico, al margen de los desafíos territoriales, las ambiciones personales y los conflictos ideológicos.