El riesgo de la desmedida influencia de Elon Musk
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Madrid - Publicado el
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La creciente influencia de Elon Musk está comenzando a impactar en la política europea. El hombre más rico del mundo ya multiplicó su incidencia pública al comprar la red social Twitter, que, poco tiempo después, pasó a denominarse X. La trascendencia económica, empresarial y comunicativa del magnate se vio, además, inmediatamente acompañada de una clara incidencia política, tras colaborar activamente con la campaña de Donald Trump. Desde hace unas semanas, Musk ha comenzado a tomar partido en asuntos internos de distintos países, como el Reino Unido, donde ha emprendido una explícita campaña contra el Premier Keir Starmer.
Cualquier ciudadano tiene derecho a tomar partido, si lo hace lealmente, por las causas que desee. Pero Elon Musk es mucho más que un mero ciudadano influyente. X es la red social más importante del planeta, y cualquier alteración en sus algoritmos puede determinar el modo en que millones de ciudadanos de todo el mundo se informan, debaten o dialogan. Es cierto que Twitter nunca fue neutral y que, en su momento, bloqueó la cuenta de Donald Trump mientras se mantenían abiertas las de Nicolás Maduro o de líderes vinculados con el terrorismo yihadista. Sin embargo, la decidida injerencia del dueño de X en un contexto de máxima volatilidad internacional debería ponernos sobre aviso respecto a los riesgos que entraña toda forma de poder cuando es ilimitado. Los caprichos o intereses de una sola persona nunca deberían determinar el rumbo de unas elecciones libres. Y la influencia estratégica de la red social X exige un ejercicio de prudencia mucho mayor del que está demostrando el excéntrico Elon Musk.