Cuando las sumas no dan

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Redacción digital

Madrid - Publicado el

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“Si Sánchez quiere mis votos, que venga a Waterloo”. Algunas filtraciones atribuyen esta frase a Carles Puigdemont. Es el grito desesperado de quien fue presidente de la Generalitat y uno de los socios prioritarios del Gobierno Sánchez para mantenerse en el poder. Podrán decir lo que quieran, pero la aritmética parlamentaria no da si no es con los votos de Junts. Por esta razón, Puigdemont se siente con toda la autoridad para retar a Pedro Sánchez y poner en ridículo a su Gobierno. Morir matando es una vieja táctica que el ex presidente de la Generalitat quiere utilizar.

No es la primera vez que desde el entorno de Puigdemont se desliza la idea de que Sánchez les engaña. En esta ocasión, y con una amnistía que no alcanza al expresidente, el de Waterloo no piensa dar nada por perdido. Dicen que no quiere ver a Santos Cerdán y que está dispuesto a desvelar todas las actas de todas las reuniones mantenidas con el Gobierno. Sánchez, por su parte, se cree fuerte porque tiene a Illa en la Generalitat y cree que las buenas formas del nuevo presidente quizás consigan atraer hasta a los más descontentos del entorno de Puigdemont. Por soñar, Sánchez hasta podría llegar a soñar en crear una división interna en Junts. Y todo será con malas artes y engaños que es el modo de hacer política que al presidente más le fascina. El éxito inmediato es la primera y principal tentación de Sánchez porque a ella lo subordina todo, incluido el orden institucional. Sánchez lo puede intentar todo, seguir engañando a Puigdemont, ofrecerle la luna o dinamitar su búnker. Lo que no puede es cambiar las reglas de la aritmética. Y las sumas, aunque sus ministros Montero y Cuerpo hagan malabares, no dan.