Último pago a Bildu

Ya puedes escuchar la Línea Editorial de esta tarde del 8 de octubre

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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Pedro Sánchez reiteró de forma vehemente que él no pactaría nunca con Bildu. Otros ministros corearon el mensaje asegurando que era una línea roja que el PSOE nunca se saltaría. Lo cierto es que no solo no ha tenido reparo en saltárselas, sino que ha pagado lo que hiciera falta para que el apoyo de Bildu mantenga al sanchismo en el poder. Otegi no mintió cuando dijo que, si había que dar apoyo a los Presupuestos para conseguir lo que querían, lo iban a hacer. La última cesión ha sido introducir un cambio en la ley para que los presos de ETA puedan descontar de su condena los años de prisión transcurridos en Francia. Más de 40 etarras, algunos de los que tienen un historial más sanguinario, verán acercarse de esta forma el momento de su excarcelación. Este cambio legislativo ha pasado al Senado sin que los grupos de oposición cayesen en cuenta, lo que ha llevado a Núñez Feijóo a pedir perdón, y a reclamar al Gobierno que dé marcha atrás para poder mirar a la cara a las víctimas.

Precisamente es en ellas donde hay que fijar la mirada y acoger sus muestras de orfandad y desamparo. Lo ha dicho claramente Mikel Buesa, que el año pasado ya tuvo que soportar cómo uno de los asesinos de su hermano, el secretario general del PSOE en Álava, Fernando Buesa, salía de prisión beneficiado por el tercer grado. Esta semana ha visto cómo sucede lo mismo con el otro asesino, mientras el fiscal ni siquiera recurre la decisión. Sánchez está “normalizando” a Bildu a marchas forzadas con el fin de sellar su apoyo. Según su nueva doctrina, se trata de una fuerza progresista cuya compañía es mucho más adecuada que la de los constitucionalistas.