Una política con altura de miras
Madrid - Publicado el - Actualizado
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En el discurso al Cuerpo Diplomático el Papa Francisco ha recordado las palabras de San Pablo VI sobre las relaciones entre los pueblos, que deben regularse por el derecho, la justicia, la razón y los tratados, y no por la fuerza, la arrogancia, la violencia, la guerra, el miedo o el engaño. Estas palabras siguen teniendo plena vigencia hoy, cuando resurge la pretensión de hacer prevalecer los intereses de cada nación sin recurrir a los instrumentos que el derecho internacional prevé para resolver controversias y asegurar el respeto de la justicia. En tiempos de nacionalismos y populismos, Francisco ha reclamado a la política altura de miras para que prevalezca la unidad sobre el conflicto.
El Papa ha urgido la imprescindible defensa de los más débiles, con especial atención a los niños, a las mujeres víctimas de violencia, a quienes sufren condiciones indignas en sus puestos de trabajo, a los migrantes y los refugiados, y a quienes sufren el maltrato que en ocasiones damos a nuestro planeta.
También ha rastreado señales de esperanza en los avances conseguidos para la paz en Etiopía y Eritrea, Sudán del Sur y la península coreana. Sin embargo todavía queda mucho por hacer en favor de la anhelada paz en lugares como Ucrania, Tierra Santa, Yemen o Siria. La paz, en todo caso, pasa necesariamente por la conversión personal de cada uno nosotros para poner nuestros talentos al servicio del bien común.