Una respuesta unida y global

La información sobre el asesino del Manchester Arena, el repetido esquema de actuación y su entramado criminal, confirman la magnitud de la amenaza que representa el terrorismo yihadista. Una amenaza que, por desgracia, va permanecer en el tiempo, y que desafía las formas tradicionales de combatir al terrorismo. Mientras el Estado Islámico pierde terreno y se repliega en Siria e Irak, aumenta el riesgo de atentados en todo el mundo, llevados a cabo por células durmientes o individuos aislados radicalizados más o menos a distancia. Todo esto implica la necesidad de una actuación coordinada global. Esta nueva forma de terror, que no sabe de fronteras ni de enemigos visibles e identificados, exige nuevas estrategias de seguridad. La lucha contra el yihadismo es una lucha global que implica a todos los países, pero también ámbitos tan diversos como la acción diplomática, la coordinación de los servicios de inteligencia, el diálogo interreligioso, las políticas de integración social, y el esfuerzo educativo para conformar una cultura que reconozca el valor de cada vida humana.