J. L. RESTÁN | LÍNEA EDITORIAL

La unidad es un patrimonio

La última víctima venezolana por disparo de bala tenía diecisiete años y se llamaba Rubén. Ayer, durante el “trancazo”, corte masivo de calles en protesta contra el régimen, le alcanzó un disparo. La Guardia Nacional Bolivariana a bordo de motocicletas dispara balas de goma y gases lacrimógenos contra los manifestantes.El enfrentamiento se ha instalado en las calles de Venezuela. La salida de Leopoldo López de la cárcel ha animado a los manifestantes para seguir luchando a favor de la liberación de los 431 presos políticos, para acelerar los preparativos de la celebración de la consulta del próximo 16 de julio y para seguir oponiéndose a la Constituyente convocada por Maduro para el 31 de este mes. A esto se suma la confianza que ha despertado la imputación de la Fiscal General del Estado contra el Jefe militar responsable de la seguridad del Congreso.Maduro debe andarse con cuidado porque la fractura en el seno del oficialismo crece, aunque sea difícil de cuantificar. La oposición, por su parte, debe evitar los choques por el liderazgo. El arresto domiciliario de Leopoldo López ha hecho que algunos jugaran a comprometer la cohesión de la Mesa de la Unidad Democrática. Capriles ha acudido a apagar el fuego y ha declarado que, tras tres meses de lucha, la unidad es un patrimonio. Agradecer la liberación de Leopoldo no puede comprometer la movilización ciudadana.

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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