Madrid - Publicado el - Actualizado
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La complicada transición presidencial en los Estados Unidos no facilita el balance mesurado de los años de Presidencia de Obama. El inicio de las audiencias en el Senado a los altos cargos propuestos por Trump ha comenzado de forma turbulenta y con la oposición de los Demócratas, lo que indica que el nuevo presidente no va a tener un día de tregua.El discurso de despedida de Obama ha sido una añadida pieza retórica sobre el sentido de la democracia, la necesidad de mantener los ideales de igualdad, justicia e integración como bases del sueño americano. Obama llegó a la presidencia de los Estados Unidos con un crédito sin parangón, concedido por los votantes y los medios, que no ha sabido utilizar adecuadamente. Ahora, en su discurso de despedida, ha querido dejar un mensaje esperanzador y lanzar un claro aviso a su sucesor en la Presidencia, al tiempo que ha invitado al electorado demócrata y a la sociedad a no permitir arbitrariedades que paralicen el cambio. Parece que Obama ha olvidado sus fracasos en política internacional o en políticas sociales.La sensación que deja es que las enormes expectativas que generó su presidencia no se han cumplido, y que ha brillado más por su imagen y su discurso que por su gestión presidencial. La voluntad en política es solo un primer paso.