Algo pasa en Cuba

Como siempre, el régimen culpa de los males económicos de Cuba al prolongado embargo estadounidense. Pero la legitimidad de Miguel Díaz-Canel, que ha sustituido a los Castro, ya no responde a la épica de la revolución. Tenía que basarse en su capacidad de gestión para que los cubanos tengan comida, transporte, energía, medicinas y educación. Y todo eso es lo que falta. Desde hace meses se ha puesto en marcha un nuevo movimiento de oposición con una nueva generación de disidentes. Algo importante está pasando en Cuba. Varias generaciones han crecido viendo cómo cualquier expectativa sobre el futuro se frustraba. Estamos ante una protesta más transversal, liderada por jóvenes que quieren quedarse en el país y piden transformaciones reales.

En 11 de julio se produjeron unas manifestaciones improvisadas que fueron respondidas por el Gobierno con una dura represión. Unas 1.000 personas fueron detenidas y 659 siguen encarceladas. Ayer estaban convocadas marchas en varias ciudades del país que fueron prohibidas.

Cuba ya no cuenta con los recursos de un aliado exterior como Venezuela, que le permitió sortear el bache en anteriores crisis económicas. El gobierno no quiere atender al descontento popular y reconocer sus errores, permitiendo una apertura política y económica real. Como la cúpula política tacha de “enemigos” a los que piden reformas, en las próximas semanas van a crecer los conflictos. Y la comunidad internacional debe apoyar decidida y eficazmente a los opositores.