27 DE MARZO
China, EE.UU. y el síndrome de Peter Pan de los europeos
La situación internacional varía entre una China que ha dado muestra de su efectividad, un Washington que duda y una Europa que no asume su responsabilidad
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Una de las mayores sorpresas de la pandemia es el reforzamiento de la posición internacional de China, inimaginable en febrero, cuando el debate era la crisis de legitimidad del Partido Comunista. La falta de transparencia o la inconsistencia de algunas estadísticas han dejado paso a un nuevo relato que resalta la efectividad de las autoridades, que han logrado controlar la enfermedad en China y están ofreciendo una generosa ayuda al resto del mundo.
El reverso de la moneda es la dubitativa respuesta de EE.UU. en el plano sanitario, que en el ámbito internacional acentúa su tendencia al repliegue. Europa, en particular, está en la diana de los cantos de sirena de Pekín. Mientras la UE ofrecía una terrible imagen de sálvese quien pueda, los chinos enviaban ayuda a Italia, el primero de una serie de gestos bien publicitados. Es cierto que Washington empeora las cosas cuando, en lugar de liderar, lanza ataques verbales que no ayudan en estos momentos, en lugar de ofrecer una respuesta conjunta con China.
Pero Europa cometería un error fatal si olvidara quiénes son sus amigos, y qué potencia defiende una visión del mundo similar a la suya. Lo que no pueden seguir esperando los europeos es que los norteamericanos vengan a sacarle las castañas de fuego cada vez que se presenta una emergencia. Lo que erosiona la relación trasatlántica no es solo la compulsión tuitera de Donald Trump, sino también ese síndrome de Peter Pan de los europeos, que les impide asumir su parte de responsabilidad