Madrid - Publicado el - Actualizado
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La colecta extraordinaria en favor de Ucrania del próximo domingo, impulsada por el Papa en todas las comunidades católicas de Europa, busca socorrer a las víctimas de la guerra en el confín oriental del continente. La fe ha permitido al pueblo ucraniano atravesar la devastación del comunismo, y esa misma fe es la que mueve hoy a construir una convivencia libre de autoritarismo y corrupción. Pero la guerra en las regiones orientales del país ha causado miles de muertos y ha provocado el desplazamiento de más de un millón de personas. Además, ha generado una profunda fractura y desconfianza entre comunidades que comparten la misma raíz de la fe. El Papa es consciente de este drama y siente la responsabilidad de tejer la reconciliación y la unidad. Si cada día nos topamos amargamente con los límites de la construcción europea, este gesto sencillo tiene el valor de realizar concretamente una solidaridad europea sin fronteras. En lugar de permanecer prisioneros de una queja estéril, la obediencia consciente de millones de católicos a este reclamo nos permitirá hacernos protagonistas de la construcción que han impulsado sin descanso todos los papas desde hace medio siglo. La Iglesia sufre en su cuerpo y el Papa nos llama a actuar: no lo echemos en saco roto.