Con los constitucionalistas o con el independentismo

La decisión del PP de congelar las negociaciones con el PSOE para la renovación de poder judicial cambia de forma decisiva el escenario político en España. El empeño de Pedro Sánchez de modificar el delito de sedición para beneficiar a los condenados por el golpe del 1 de octubre en Cataluña, tal como lo exigía ERC para su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado, ha planteado un obstáculo insalvable.

No es lógico que Sánchez, por una parte, quiera llegar a un pacto con el PP para acabar con la anomalía en la que se encuentra el poder judicial en España, y por otro se someta a los chantajes de los independentistas debilitando al Estado de Derecho con una modificación del Código Penal orientada únicamente al beneficio de los líderes del Procés, a cambio de los votos necesarios para continuar en el poder. El PSOE no puede, por un lado, elegir a un partido constitucional como el PP como aliado, y por otro, subordinarse a los partidos que quieren debilitar al Estado y romper la unidad de España.

La congelación de un acuerdo que estaba a punto de firmarse, y las escasas posibilidades de que sea retomado, no es una buena noticia para la estabilidad institucional, sobre todo cuando Europa presiona para que se reforme el poder judicial. Por otra parte, con esta decisión Núñez Feijoo ha querido marcar el paso y evitar nefastas interpretaciones, al señalar con claridad que la protección de nuestro sistema constitucional y de sus instituciones es una prioridad en su agenda política para un gobierno distinto en España.