Madrid - Publicado el - Actualizado
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Jesús que se entrega y «se ha dejado partir por nosotros» en la Eucaristía, nos pide «que nos dejemos partir por los demás», decía el Papa este jueves del Corpus, explicando por qué la Iglesia celebra en un mismo día la presencia real de Cristo en el pan y el vino consagrados, y el Día de la Caridad. Francisco aludía al ejemplo de los santos, «famosos o anónimos», como esos padres que «se parten el pecho para criar a sus hijos», o esos «ciudadanos responsables» que se desviven por «defender la dignidad de todos, especialmente de los más pobres, marginados y discriminados». Todos ellos, decía el Papa, encuentran la fuerza «en la Eucaristía: en el poder del amor del Señor resucitado». Culto, compasión y justicia son inseparables, advierten en la misma línea los obispos españoles en su mensaje para el Corpus de este año, que en muchas diócesis se celebra este domingo. Uno de los elementos icónicos de esta solemnidad son las procesiones, de modo singular la de Toledo. La más elevada teología se fusiona con la piedad popular más arraigada, incluyendo un importante elemento de compromiso social. «La procesión de Cristo por las calles es una llamada fuerte a acercarnos a los que sufren», decía el jueves el arzobispo de Toledo, monseñor Braulio Rodríguez. Es lo que hacen los más de 80.000 voluntarios de Cáritas en toda España. Pero la ONG de la Iglesia aprovecha además para recordar que, simplemente, llevando un estilo de vida responsable y austero contribuimos con pequeñas acciones cotidianas a mejorar la vida de otros.