Madrid - Publicado el - Actualizado
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El Presidente de la Generalitat ha convocado para hoy la cumbre del Pacto Nacional por el Derecho a Decidir. Después de unos días de tensiones con la CUP, el Ejecutivo catalán estaba dispuesto a relanzar el proceso, aunque el día no le ha sido propicio.El TSJC ha citado a Mas, Ortega y Rigau para los próximos 6 y 7 de febrero. El Tribunal Constitucional ha hecho llegar a la Generalitat el aviso de que Cataluña no puede establecer relaciones diplomáticas bilaterales. Y para colmo de males, Ada Colau, invitada a la cumbre para que se sumase al “proceso”, ha visto como el Pleno del Ayuntamiento tumbaba sus presupuestos al tiempo que ella se veía abocada a una cuestión de confianza. Lo que sí sabía Puigdemont es que, tal como ha ratificado hoy el portavoz Méndez de Vigo, en España no habrá referéndum de autodeterminación. La ley no lo permite y en democracia no hay política fuera del imperio de la ley. Lo que no excluye un diálogo institucional fluido y constante entre partidos, instituciones políticas y organizaciones sociales. El “proceso” cuenta con una vanguardia muy activa, pero carece de personal de tropa. Y ahí es donde hay que jugarse el tipo. La retórica del proceso empieza a languidecer; lo razonable sería emprender otro camino, en el marco de la ley y a favor de la convivencia.