El daño está hecho

Esta mañana se ha producido la conversación entre Sánchez y Torra. El candidato socialista a la investidura ha acompañado la llamada de una ronda de consultas telefónicas con el resto de presidentes autonómicos para intentar dar la impresión de que el presidente de la Generalitat no recibía un trato de favor. Sánchez se ha mostrado dispuesto a reunirse con Torra lo antes posible para resolver lo que el líder de los socialistas ya denomina “conflicto político”. Torra ha insistido en que quiere hablar de autodeterminación y de puesta en libertad de los condenados por un delito de sedición. Se da la circunstancia de que Torra está a la espera de una posible condena por un delito de desobediencia.

Durante la última campaña electoral, Pedro Sánchez argumentó que no quería hablar con Torra, a pesar de sus numerosas llamadas, por la posición que tenía el presidente de la Generalitat con la violencia que se desató tras la sentencia del Procés. La posición de Torra no ha cambiado, la que se ha modificado es la de Sánchez. Su voluntad de conseguir una abstención de ERC a toda costa, le ha llevado a hacer cosas que hasta hace muy poco consideraba rechazables. La democracia que está en crisis por la poca fiabilidad de sus líderes, sufre con gestos como estos.

Sánchez piensa que una vez que obtenga la investidura con la abstención de ERC, podrá incumplir los compromisos que le exigen los independentistas y gobernar sin su apoyo. Pero el daño estará hecho.