Madrid - Publicado el - Actualizado
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Los obispos de las diócesis del norte de México y del sur de Estados Unidos mantienen reuniones bianuales para tratar asuntos comunes que afectan a las zonas fronterizas. La próxima reunión, anunciada en la Basílica de San Juan del Valle, tratará de la cuestión migratoria. Son muchos los aspectos que los obispos deben tratar: familia, trabajo, salud y educación, temas que afectan a los migrantes en suelo estadounidense, pero también mexicano.La llegada de Donald Trump a la Presidencia y sus primeros Decretos acerca del muro con México y las deportaciones de emigrantes en situación irregular, obligan a la Iglesia a una toma de posición pública no sólo teórica, sino práctica. Esta toma de posición obliga también a los obispos mexicanos con relación a los migrantes que transitan por su país. La migración masiva desde América Central y México hacia Estados Unidos es un fenómeno estructural relacionado con la pobreza y la violencia. México y muchos países de América Central se han convertido en exportadores de mano de obra barata de la que Estados Unidos lleva aprovechándose desde hace decenios. Hay que regular la emigración, sobre todo porque se trata de personas sujetos de derechos, no criminales ni ilegales. Los obispos de Estados Unidos y México van a tener que dar la batalla por estas personas, forzadas a buscar seguridad y libertad a miles de kilómetros de sus casas.