Desgaste institucional

El informe de la Abogacía del Estado sobre la sentencia del TJUE es el mejor ejemplo de cómo Sánchez está utilizando y degradando las instituciones en favor de su investidura. El error del candidato socialista fue aceptar en la mesa de negociación con ERC que ese informe fuera moneda de cambio para sus objetivos partidistas. Las instituciones del Estado tienen misiones objetivas que cumplir, y nunca deberían estar al servicio de los candidatos para una investidura. Por su misma naturaleza no pueden estar a disposición de intereses particulares. Sin embargo Sánchez ha confundido sus legítimas aspiraciones como candidato con los intereses del Estado.

Al error inicial se ha sumado la petición inaceptable de ERC. Pretender la anulación de todo el juicio del Procés y la liberación de Junqueras por la respuesta de la justicia europea a una cuestión previa, es ir más allá de lo jurídicamente razonable. De hecho finalmente esta petición no está recogida en la alegación de la Abogacía. La tardanza en hacer llegar al Supremo el informe por parte de la Abogacía del Estado parece un indicio claro de las graves tensiones que sufre esta institución.

Este domingo la Asociación de Abogados del Estado se ha visto obligado a publicar un comunicado en el que afirma que sus criterios de actuación no son políticos sino técnicos. Pero el daño institucional está hecho, teniendo en cuenta que el contenido del informe ha sido filtrado y es probable que manejado por ERC antes de que llegara oficialmente al Supremo. Será el Tribunal Supremo, que ha actuado en todo caso con independencia,  el que tenga que encauzar el desaguisado de un candidato con pocos escrúpulos institucionales.