La educación como arma política

La estrategia del PSOE y Podemos de utilizar el Congreso como plataforma para una permanente campaña electoral durante este período transitorio, consiguió la victoria pírrica de sacar adelante una serie de proposiciones de ley entre las que se encontraba la paralización de la LOMCE, la Ley orgánica de la Educación del gobierno de Rajoy. La pretensión de borrar las huellas del gobierno del PP llega a uno de los sectores más sensibles de la sociedad, la enseñanza. La inquina contra lo anterior, con la que Podemos ha querido escenificar que la educación es una de sus prioridades lleva parejo un nulo respeto al mundo educativo. Un desprecio de hecho que se acompaña de la permanente elaboración de un discurso que pretende enfrentar los modelos complementarios de educación pública, privada y concertada.  El apremiante pacto educativo en España se aleja con la instrumentalización política que hacen de esta materia los partidos de la izquierda y los nacionalistas. Al margen de las carencias que pueda tener la Ley de Educación del PP, la paralización de la implantación de esta ley produciría una inestabilidad y un desorden que agudizaría si cabe más los problemas de la enseñanza. El pacto educativo, como condición de una enseñanza integral y de calidad para todos, no se alcanzará hasta que los políticos dejen de instrumentalizar este sector en función de su ideología y dialoguen sobre las necesidades reales de un ámbito en el que España se juega su futuro.