Una estrategia europea hacia Moldavia

"Uno de los paralelismos más claros es que en Moldavia hay una región separatista apoyada por Rusia, lo que permite a Putin tener una palanca inmejorable para desestabilizar el país"

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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Por la mínima, y gracias al voto exterior, el “sí” ha obtenido la victoria en el referéndum sobre la UE celebrado el domingo en Moldavia, donde la actual presidenta se jugará la reelección en segunda vuelta. Europa ha seguido de cerca los acontecimientos en esta república exsoviética, que atraviesa tensiones calcadas a las vividas por Ucrania hasta la invasión rusa. Uno de los paralelismos más claros es que en Moldavia hay una región separatista apoyada por Rusia, lo que permite a Putin tener una palanca inmejorable para desestabilizar el país.

El hecho de que el ejército ruso esté ahora ocupado en Ucrania ha concedido una tregua a los moldavos, pero sobre ellos se cierne la espada de Damocles. Otro paralelismo, nada menor, es que Ucrania cuenta con un gobierno prooccidental y reformista, después de muchos años en los que la oligarquía respaldada por Moscú hizo y deshizo a su antojo. Con apoyo del Kremlin, el nivel de intoxicación y desinformación en las elecciones del domingo ha sido enorme, una prueba más de que Rusia no tolerará sin más que uno de los países que considera de su área de influencia adopte un sistema democrático y europeísta. Esta, y no otra, fue la causa que produjo la invasión de Ucrania. La pregunta es qué está dispuesta a hacer Europa, más allá de palabras de ánimo como las que, en su día, también se pronunciaron en apoyo de la revuelta del Maidan. Resulta urgente una mirada estratégica. Con demasiada claridad se ha podido ver en Ucrania que reaccionar sin más a los acontecimientos solo da pie a que se cometan errores garrafales.

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