La eterna espera de la paz en Oriente Medio

Como cabía esperar, la conferencia de sobre la paz en Oriente Medio, celebrada en París este fin de semana, concluyó con la única propuesta posible: que palestinos e israelíes reanuden las negociaciones de paz y el establecimiento definitivo de dos Estados soberanos con fronteras claramente definidas. Al mismo tiempo, los representantes de los 70 países asistentes condenaron los asentamientos israelíes en los territorios ocupados durante la guerra de 1967, incluido Jerusalén oriental. Ya el pasado 23de diciembre, el Consejo de Seguridad de la ONU, con la histórica abstención de Estados Unidos, condenó por primera vez estas colonias donde viven más de medio millón israelíes y cuya evacuación exigen los palestinos como condición para alcanzar una paz duradera.Horas antes de esta conferencia, el Papa Francisco recibió al presidente Mahmud Abbas, con ocasión de la apertura de la embajada palestina en el Vaticano. Hay que recordar que el Vaticano mantiene también estrechos lazos de amistad con Israel y que siempre ha sostenido que la paz debe llegar por el acuerdo amistoso de las dos partes. Por desgracia, ninguna de las múltiples mediaciones emprendidas por la comunidad internacional ha arrojado resultado alguno, por muchas esperanzas que llegaron suscitarse con la históricos Acuerdos de Oslo en 1993, que costaron la vida al Premier israelí Isaac Rabin. No obstante, sigue siendo indispensable que la comunidad internacional prosiga sus buenos oficios para encontrar una solución basada en el derecho, la justicia y la paz en esa atormentada región.