Francia, hacia la incertidumbre

El gobierno de Michel Barnier pende de un hilo. La política francesa busca un rumbo de estabilidad que no encuentra. Y, sin lugar a duda, esto tiene que ver con la complejidad de un momento histórico en el que la cultura política que sostenía a la democracia en Europa ha entrado en crisis. Macron no ha sido el hombre político que Francia necesitaba para fortalecer la democracia frente a las tentaciones de los extremos. Estos parecen avanzar de manera imparable, mientras que lo que queda en el centro se ha descompuesto en una amalgama de grupos incapaces de ofrecer un proyecto político firme.

Así las cosas, el gobierno de Barnier sabrá hoy por la tarde cuál es la sentencia que dicte la Asamblea Nacional. La extrema derecha de Le Pen votará que sí a la moción de censura presentada por la izquierda, avalada por 185 diputados. Faltan las firmas de 7 diputados para que prospere.

Barnier ha intentado un acuerdo con Le Pen. De hecho, en la negociación, ella ha obtenido lo que pedía. Sin embargo, votará sí a la moción de censura presentada por la izquierda porque dice que no quiere avalar un Gobierno de Macron. De este modo reforzará un poco más su liderazgo ante unas legislativas que, en todo caso, no podrían celebrarse antes del mes de julio. Mientras tanto, Le Pen condena a Francia a vivir sin presupuestos, lo que afectará a la estabilidad y aumentará la incertidumbre. Marie Le Pen va a desvelar hoy si apuesta por el realismo y por dar estabilidad a las instituciones, o decreta el caos, del que, quizás, ni siquiera ella salga limpia de polvo y paja.