Gobierno en bancarrota política

El aplazamiento de la votación de la senda del déficit en el Congreso, por la falta de apoyo de Junts, es un síntoma evidente de la parálisis en que se encuentra el Gobierno de Pedro Sánchez. Lo que se denomina “techo de gasto” es la condición para la posterior aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Es cierto que el Ejecutivo no quiere sumar a la ya larga lista de votaciones perdidas una nueva derrota. Lo que hace más grave esta situación es que el aplazamiento tiene como finalidad ganar tiempo para seguir negociando con Junts el desmantelamiento del Estado. Sánchez está dispuesto a pagar el coste de unos privilegios que tienen como efecto una inaceptable desigualdad entre los españoles.

Debido a la anomalía de una investidura insostenible, el Gobierno es rehén de las permanentes exigencias de los separatistas vascos y catalanes, y se ve sometido a la voluntad de un prófugo de la justicia con deseos de venganza. Con unos Presupuestos prorrogados y ampliamente desfasados respecto a la situación económica y las necesidades de gasto, Sánchez se aferra a la Moncloa eludiendo el principal instrumento de Gobierno. Demuestra así que su pretensión no es gobernar en beneficio de los españoles. Asediado además por las investigaciones judiciales a su entorno familiar, al presidente sólo le queda mantenerse a flote huyendo de la realidad, de lo que necesitan los españoles.