Lejos de los extremos

El calendario electoral diseñado por Sánchez va a provocar que hasta entrado el mes de junio, tras las elecciones municipales y autonómicas, no vayan a estar claros los acuerdos de investidura y de Gobierno. En realidad seguimos en campaña electoral. El examen detallado de los resultados del pasado domingo refleja una España en la que el bloque de la izquierda (formado por Podemos y el PSOE) está técnicamente empatado en votos con el bloque del centro-derecha (formado por PP, Ciudadanos y Vox). La ventaja en diputados de la izquierda tiene mucho que ver con la fragmentación de la derecha. Casi 700.000 votos de Vox no han servido para obtener escaño alguno. La inmensa mayoría de los votos se mueve entre las opciones de centro-izquierda y las opciones de centro-derecha, dentro del constitucionalismo. Los extremos son minoritarios, salvo en Cataluña y en el País Vasco.

El panorama de la opinión publicada, las redes sociales y las propias opiniones de los líderes políticos, ofrecen desde hace meses la imagen de una España especialmente polarizada, pero esto puede tener algo de espejismo. Cuando llegue el momento de hacer política el Gobierno de Sánchez debería pensar en que buena parte de sus votantes están más cerca de partidos como Ciudadanos o el PP, que de Podemos.