Línea Editorial COPE: El camino de la Iglesia del tercer milenio

Todavía queda camino por recorrer, pero la sesión del Sínodo que se clausura hoy en Roma deja ya algunas novedades significativas. Ha sido la primera vez que mujeres y hombres laicos, en su condición de bautizados, participaban y votaban en un foro hasta ahora reservado a obispos. La gran cuestión de fondo ha sido cómo avanzar hacia una Iglesia más sinodal y participativa, donde las responsabilidades realmente se vivan como servicio y no como afán de poder, como puso esta semana de relieve gráficamente el Papa al criticar “el látigo del clericalismo”.

Se abre ahora un período de un año de reflexión y debate en toda la Iglesia. Con este año adicional, Francisco ha impuesto un ritmo más reposado que va a permitir contrastar hasta qué punto se verifican los diagnósticos del sínodo en la experiencia de cada Iglesia local, además de abrir nuevos procesos de escucha para seguir impulsando la participación de todos en la misión. En un pontificado marcado por el lema de una “Iglesia en salida”, los debates suscitados en este sínodo van a ser decisivos para repensar el modo en que la Iglesia se sitúa en el mundo, a través de comunidades vivas de puertas abiertas que transparenten la alegría del Evangelio y la vocación de servicio a los más vulnerables. Esta es la “conversión pastoral y misionera” que ponía sobre la mesa la recién publicada “Carta al Pueblo de Dios” de la Asamblea Sinodal, desde la convicción de que la “sinodalidad” no es simplemente una opción más, sino “el camino de la Iglesia del tercer milenio”.