Línea editorial COPE: El drama de Argentina

Las elecciones primarias celebradas en Argentina el pasado día 13 de agosto han removido, más si cabe, las turbulentas aguas de la vida social y política argentina. El hecho de Javier Milei y la Libertad avanza obtuvieran el mayor porcentaje de apoyo ciudadano en las PASO ha sido un duro golpe, no solo para el conglomerado peronista, sino, sobre todo, para la oposición que representa Juntos por el Cambio.

Milei ha obtenido el apoyo de más de 7 millones de ciudadanos en una cita electoral en el que el total de abstenciones alcanza los 11 millones.

Parece claro que el no a la política y el sí a la indignación han aupado a Milei y destronado a la oposición y al oficialismo. Octubre será la cita definitiva, pero, por el momento, Argentina parece dominada por la tensión en las calles, en los innumerables programas de información política y en el seno de las instituciones.

La situación es alarmante: saqueos, devaluación, inflación disparada, robos con violencia, asaltos en la calle, presencia creciente del narco y así hasta un sinfín de calamidades en un país que, con toda seguridad, es uno de los más ricos del mundo en recursos naturales y capacidad de producción agraria. Súmese a eso las alianzas del kichnerismo con los BRIC, liderados por China y Rusia, y entre los que también estará Irán, o las tensiones en política exterior con los vecinos paraguayos y chilenos. Milei parece sacar partido de todo esto, al menos por el momento.

Encarna la indignación, la lucha contra la casta, la voluntad de cambiarlo todo y el deseo de que, en Argentina, como viene repitiéndose desde hace varios días en la prensa nacional, los ciudadanos puedan dejar definitivamente de sufrir. Y si para eso hay que desmantelarlo todo, clama Milei, habrá que hacerlo. Más de 7 millones de argentinos han comprado esta propuesta.

La oposición pelea por convencer a la ciudadanía que el cambio radical desde dentro es no solo posible, si no deseable. Y, mientras tanto, la ciudadanía soporta una inflación del 113% y la pobreza de 18 millones de ciudadanos de los que más de la mitad son jóvenes.