Línea Editorial COPE: Experiencia social de unidad

En su discurso de Nochebuena, Felipe VI, afirmó que “en España todo ciudadano tiene derecho a pensar, a expresarse y defender sus ideas con libertad y respeto a los demás”.

Pero la democracia -añadió- también requiere unos consensos básicos y amplios sobre los principios que hemos compartido y que nos unen desde hace varias generaciones. Es una unión que tiene profundas raíces históricas y culturales.

Las palabras del Rey se refieren no solo a la unidad territorial sino a una experiencia de unidad fundamental que tiene como protagonista a la sociedad.

Una experiencia de unidad que informa y es previa a la unidad política e institucional. No es suficiente que los españoles compartamos raíces culturales de un pasado común. La raíz es algo que está en la tierra y solo sigue viva cuando alimenta a una planta capaz de dar cobijo a la vida común.

Colonizados por el cortoplacismo de las disputas entre los partidos, por los discursos de exclusión para justificar mayorías políticas, a menudo los ciudadanos no sacamos a la luz un sustrato de relaciones y estimas mutuas que mantienen viva nuestra democracia. La experiencia social de unidad juzga, precede, da sentido y da vida a la arquitectura institucional.

Si no es así, la tierra quemada de la polarización ideológica avanza. Nos quejamos, con razón, de que las instituciones se degradan, pero también tenemos que asumir nuestra responsabilidad como sociedad