Línea editorial COPE: La política lingüística como herramienta de confrontación

Apenas conocidos los premios Oscar de Hollywood, la Generalitat de Cataluña se ha apropiado del título de la película ganadora, "Todo a la vez en todas partes", para aplicarlo en una nueva fase del proceso de inmersión del catalán, según anunció ayer la Consejera de Cultura, Natalia Garriga. El objetivo de la campaña, al margen por supuesto de las sentencias de los tribunales, es que todo el mundo hable catalán a todas horas, en todas partes, desde la calle a los ámbitos profesionales, y vivir así libremente la lengua vernácula sin interferencias "extranjeras". La nueva iniciativa se pondrá en marcha, a todas luces, con el aval de los socialistas catalanes, que ya han mostrado su complacencia con la nueva ley educativa en el marco del "apaciguamiento" emprendido por el Gobierno Sánchez.

La decisión de la Generalitat entra en vigor en el momento en que se ha producido una auténtica rebelión en los profesores de enseñanza primaria y segundaria, al exigirse ahora a los alumnos un examen paralelo en catalán con la intención de demostrar un presunto retroceso en el uso de esta lengua y así tener un pretexto más para imponer su política lingüística en todas las partes y a la vez, sin perder tiempo. Lo que resulta lamentable en esta política de imposición es que desprecia la libertad de las personas, que hablan con toda tranquilidad en cualquiera de ambas lenguas en Cataluña. Más que de promover el catalán, que goza naturalmente de todo el reconocimiento social y legal que merece, se trata de arrinconar el castellano, en abierta contradicción con lo que establece la Constitución. Utilizar la política lingüística como herramienta de confrontación es una grave irresponsabilidad.