Línea Editorial: "La Iglesia, puente entre las dos orillas del Mediterráneo"

El Papa viaja a Marsella para clausurar la tercera edición de los Encuentros del Mediterráneo, que reúnen a obispos y jóvenes del sur de Europa y el norte de África para abordar retos comunes como las migraciones o el diálogo interreligioso, una herramienta imprescindible para la convivencia en ciudades como la propia Marsella. La Iglesia se encuentra en una posición privilegiada para acercar estas dos orillas separadas por unos pocos kilómetros, pero acostumbradas a vivir de espaldas. Mientras la crisis en Túnez o los golpes de estado en el Sahel empujan a muchos jóvenes a migrar al norte, Europa sigue a veces instalada en la ilusión de que puede ignorar estas realidades, hasta que lo desmiente una nueva crisis como la que se vive en estos momentos en la isla italiana de Lampedusa.

Un ejemplo de esta miopía es la hostilidad hacia el Papa por una parte de la derecha tradicionalista francesa, como si reconocer la realidad sociológica de millones de europeos procedentes de otras culturas significara traicionar las raíces cristianas del continente. Cansina es también la polémica suscitada en la extrema izquierda por la participación del presidente Macron en una Misa con el Pontífice, reducto de mentalidades decimonónicas que pretenden obligar a los creyentes a aparcar sus convicciones para participar en la vida pública. Incluso cuando, como sucede con estos Encuentros del Mediterráneo, se presta una valiosa contribución al bien común.