Línea editorial: "Myanmar y Perú, también en el punto de mira"
En el país asiático, ha sido quemada la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, uno de los lugares de culto más antiguos de la nación
Madrid - Publicado el
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Se está convirtiendo en una trágica costumbre que el Papa Francisco, tras el Ángelus semanal, sea una de las pocas voces autorizadas que clama contra la violencia y, en particular, contra la persecución explícita contra tantos cristianos en tantos lugares del mundo.
Este domingo, además de perseverar en el llamamiento de ayuda a la martirizada Ucrania, y de señalar las luces de esperanza que aparecen en el horizonte de Camerún, ha querido mostrarse especialmente cercano a la dolorosa realidad que atraviesan lugares como Myanmar y Perú.
En el país asiático, ha sido quemada la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, uno de los lugares de culto más antiguos de la nación. De la misma manera, el Papa Francisco ha querido que tengamos muy presente cuanto está sucediendo en Perú y nos ha invitado a rezar para que puedan finalizar los actos de violencia, uniéndose a los propios obispos peruanos para decir alto y claro “basta ya” a cuantos actos no hacen sino ahondar en la profunda crisis social y política, que está sufriendo el país. Sin tibieza alguna y reclamando ciertamente que no queden impunes las atrocidades padecidas, a la Iglesia en Perú le toca ahora, en este difícil momento de su historia, discernir desde el Evangelio, para levantar la mirada, poner las bases del encuentro y la reconciliación, y ser constructores de paz con justicia, Y a todos nosotros nos toca, aunque sea desde la distancia y cada uno en la medida de nuestras posibilidades, estar junto a nuestros hermanos peruanos para salir de la situación que tiene sumido al país en la zozobra, el miedo y la incertidumbre.