Línea editorial: "Restricciones a la libertad de culto"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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En su reciente discurso al Cuerpo Diplomático el Papa Francisco mostró su preocupación ante la pretensión de ciertos Estados de invadir ámbitos íntimamente relacionados con la dimensión religiosa de las personas con el pretexto de contener la extensión de la pandemia. Las restricciones son lógicas y necesarias en su debida proporción, pero no debe perderse de vista que la dimensión religiosa constituye un aspecto fundamental de la vida humana y de la sociedad que no puede ser cancelado.
Como ha subrayado el Papa, el derecho a la libertad de culto no es una consecuencia del derecho de reunión, sino que está íntimamente ligado a la libertad religiosa, el primer y fundamental derecho humano. Como dice Francisco con gran realismo, “un buen cuidado del cuerpo nunca puede prescindir del cuidado del alma”.
Por todo ello las autoridades civiles deben garantizar que el derecho a la libertad del culto sea respetado, protegido y defendido, sin olvidar que la dimensión espiritual y moral de la persona es esencial a la hora de afrontar la pandemia. Toda medida de restricción que se tome debe ser justa y proporcionada, tomando en consideración el derecho básico de la asistencia a los oficios religiosos en unas iglesias que cumple rigurosamente las medidas sanitarias de protección y seguridad.