Línea Editorial: "Utilización populista de las migraciones"

La cumbre europea que concluye hoy en Bruselas debería abordar cuestiones clave como la situación en Rusia o el marco estratégico para las relaciones con China. Hungría y Polonia están obligando, sin embargo, a alterar la agenda, con el objetivo de paralizar el acuerdo para la reforma de las normas comunitarias de asilo. Al calor del debate migratorio, el gobierno polaco anuncia un referéndum nacional como desafío a Bruselas, mientras el húngaro Orban amaga con sumar fuerzas con Turquía para dificultar el ingreso en la OTAN de Suecia, socio comunitario.

La razón esgrimida es el mecanismo de solidaridad acordado, consistente en reubicaciones de personas migrantes o en contribuciones económicas. Sobre esas bases se quiere reformar antes de finales de 2024 el sistema acordado en Dublín, que básicamente carga el peso sobre países fronterizos como España, Italia o Grecia. El nuevo marco corrige esta situación de forma solo parcial, y supone además una vuelta de tuerca en la inseguridad jurídica para migrantes y refugiados, que se traduce en periódicas tragedias, como la que acaba de producirse en las costas griegas. Los gobiernos de Polonia y Hungría no son los únicos responsables de esta situación, pero la utilización populista que hacen de las migraciones dificulta un debate sensato y racional sobre el asunto y genera unas fisuras entre los 27 que terminan siempre pasando factura.