LÍNEA EDITORIAL 26-M
Luto nacional
Nada habría impedido al gobierno mostrar un mínimo de empatía con las víctimas o mostrar ese duelo al menos con una discreta señal en la televisión
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El Gobierno, al fin, ha anunciado un luto oficial de 10 días, el más prolongado de la historia de la democracia, durante el cual las banderas de todos los edificios públicos y de los buques de la Armada ondearán a media asta. El Ejecutivo ha anunciado también que habrá en próximas fechas un gran acto de homenaje oficial y otras conmemoraciones presididas por el Rey. Era un deber moral para con las víctimas de la pandemia y sus familiares. Si verdaderamente queremos salir de esta crisis mejores de lo que entramos, no podemos obviar la deuda de memoria y justicia contraída con ellos.
Las excusas para demorar este gesto público de reconocimiento no se sostenían. Es compatible trabajar en las cuestiones urgentes, estar en la fase de desescalada que se estuviera, con tener una muestra de duelo respetuoso. Las formas en democracia son fundamentales. Nada habría impedido al gobierno mostrar un mínimo de empatía con las víctimas o mostrar ese duelo al menos con una discreta señal en la televisión pública, tan proclive en otras ocasiones a exhibir lazos de adhesión a determinadas causas. Tiene razón Sánchez cuando afirma que el mejor homenaje que podemos hacer a las víctimas es dar ejemplo de concordia en nuestra convivencia, pero eso se da de bruces con determinadas actitudes de su partido y de sus socios de gobierno, y es perfectamente compatible con las señales exteriores de un luto que debe tener una elocuente dimensión pública.