A Maduro le empieza a estorbar la mediación de la Iglesia

Varias cancillerías latinoamericanas han pedido que se mantenga la labor facilitadora del Vaticano en el diálogo entre el gobierno venezolano y la oposición. El presidente Maduro ha lanzado estas semanas duras críticas al Secretario de Estado, cardenal Parolin, por una carta dirigida a las dos partes que terminó filtrada a la prensa. El máximo responsable de la diplomacia vaticana lamentaba el retraso en la aplicación de los acuerdos alcanzados, y subrayaba que «los derechos se respetan, no se negocian». Con ello, el cardenal Parolin dejaba claro que el Vaticano sigue apostando por el diálogo, pero que este no puede convertirse en un simple pretexto para permitir al régimen ganar tiempo y seguir boicoteando el referéndum sobre la continuidad de Maduro.Lo positivo de esta polémica es que el régimen de Caracas siempre ha intentado presentar a los obispos venezolanos como aliados de la oposición, en contraposición a Roma, tesis que ha saltado por los aires. La Iglesia católica es apartidista, pero eso no implica quedarse callada cuando se vulneran derechos humanos. De ahí denuncias como la hecha esta semana por el episcopado venezolano tras el hallazgo en una fosa común de los cuerpos de 12 jóvenes que habían sido detenidos por el ejército. Una cosa es que el Vaticano deba extremar la cautela en el lenguaje, pero comparte las mismas preocupaciones de la Iglesia local. Y si a veces la diplomacia impide hablar con mayor claridad, esto es porque está en juego la paz en el país.