En la muerte de Mario Soares

Portugal y España siempre han estado más cerca de lo que la inmensa mayoría de españoles siente. Y no hay que regresar a la Edad Moderna para comprobarlo. La historia de la primera y segunda mitad del siglo XX arroja fecundas lecciones. En Portugal como en España, el fin de la II Guerra Mundial se cerró con la consolidación de sendas dictaduras que alejaron a ambos países de los orígenes de la actual Unión Europea. En Portugal, como también en España, se atisbaron intentos de apertura política en la década de los sesenta, aunque el desenlace acabó siendo muy distinto. Mario Soares, el Ex Presidente de la República Portuguesa recientemente fallecido, fue un protagonista de todos y cada uno de estos acontecimientos.El fundador del actual Partido Socialista luso fue un reformador consciente de que en política el mérito reside en aprovechar las oportunidades sin traicionar los principios. Resistió al salazarismo y pagó por ello. Defendió la independencia de las colonias portuguesas. Luchó para frenar la deriva comunista de la Revolución de los Claveles y lo consiguió. Lideró la transición a la democracia portuguesa, abrió su país a Europa y fue un convencido defensor del fortalecimiento de las relaciones hispano-lusas.En la hora de su muerte, la nostalgia parece apoderarse del ambiente. En Europa escasean hoy políticos de la talla de Soares. Habrá que mirar al pasado y preguntarnos qué nos pasa, ya que carecemos de aquello que, como demuestran todos los obituarios, seguimos anhelando.