Nicolás Maduro: el esperpento del patriarca

La esperpéntica decisión de Nicolás Maduro de pretender adelantar la Navidad al 1 de octubre ha suscitado todo tipo de burlas a nivel mundial

Nicolás Maduro
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Redacción digital

Madrid - Publicado el

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La esperpéntica decisión de Nicolás Maduro de pretender adelantar la Navidad al 1 de octubre ha suscitado todo tipo de burlas a nivel mundial. El asunto no debe, sin embargo, tomarse a la ligera, como el vodevil de un patriarca populista aferrado a la desesperada al poder. Lejos de suponer un acontecimiento puntual y anecdótico, revela la naturaleza totalitaria del régimen chavista. 

Esta misma semana, el dictador ordenaba instalar pantallas en las calles para proyectar unos dibujos animados en los que se le caracteriza como a un superhéroe que, con la ayuda de Dios, derrota al empresario Elon Musk. En esa misma línea, Nicolás Maduro suele dirigir calificativos como “diablos con sotana” o “terroristas” a los obispos de Venezuela. Lo hace en cada una de las múltiples ocasiones en que la Iglesia le exige respeto a los derechos humanos y le recuerda los límites del poder.

A la vista del ridículo de las últimas actuaciones del líder bolivariano, resulta tentador parafrasear la frase de Marx, cuando afirmaba que la historia se repite dos veces, la primera como tragedia y la segunda como farsa. El siglo XX está lleno de sanguinarios regímenes con ideologías muy diversas, pero que sin excepción coincidieron en intentar construir una Iglesia a su medida, igual que pretende Maduro. Para los miles, ya millones, de venezolanos perseguidos, encarcelados o exiliados, las similitudes del chavismo con todos esos totalitarismos resultan amplias y evidentes. La “broma” del adelanto de la Navidad, a buen seguro, no les ha hecho ninguna gracia

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