La nueva huelga del taxi

Los taxistas, especialmente en grandes ciudades como Madrid y Barcelona, vuelven a ser noticia. Los incidentes ocurridos en Barcelona y la huelga indefinida convocada en Madrid, con el protagonismo de algunos piquetes violentos, pueden colocar a este sector en un escaparate que ocasionará perjuicios a su reputación. El sector del taxi reivindica legítimamente que se cumpla la ley que establece que por cada licencia de taxi haya solo un VTC, los conocidos vehículos de plataformas como Uber y Cabify.

Junto a esa reivindicación añaden algunas surrealistas, por ejemplo que se solicite el servicio VTC con al menos 12 horas de antelación. En cualquier caso lo que es intolerable es que se produzcan agresiones a coches y conductores VTC. La violencia es inadmisible, y tampoco parece la mejor idea paralizar una ciudad como Madrid en vísperas de la FITUR, la reconocida feria internacional del turismo.

El sector del taxi debería aprovechar la crisis para mejorar el servicio que presta. El mundo digital ha transformado por completo la sociedad y no se puede seguir funcionando en régimen de semimonopolio, tratando de poner puertas al campo. Tampoco es justo ni razonable que los vehículos VTC compitan con ventajas sobre las tasas, las licencias y las normas laborales. Las Administraciones, que hasta ahora se han mostrado incapaces para mediar en el conflicto, deben buscar un punto justo de equilibrio entre las partes, que proteja sobre todo a los usuarios, que son los que al final terminan por convertirse en rehenes de la situación creada.