Madrid - Publicado el - Actualizado
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La retirada de las tropas de Estados Unidos del norte de Siria y la decisión de no apoyar a los kurdos puede abrir un nuevo conflicto en la zona. Trump, probablemente el presidente más aislacionista de los últimos tiempos, retira a sus soldados de este país, como también ha anunciado la retirada de Afganistán, sin haber elaborado un plan para dar estabilidad y paz a la región. Durante la guerra contra el Daesh, la coalición internacional liderada por Estados Unidos, los kurdos, los turcos, los iraníes, el ejército de Assad y los rusos lucharon con un mismo objetivo. Pero ahora que el Daesh ha sido derrotado, los aliados circunstanciales vuelven a su vieja enemistad.
Los kurdos siempre habían considerado la Guerra contra el Daesh como una ocasión para ganar mayor autonomía en el norte de Siria. Turquía siempre ha considerado que los kurdos son una amenaza para su integridad territorial, y por eso tiene el proyecto de crear una franja en el norte de Siria que le sirva como colchón. Sin la protección de Estados Unidos, los kurdos se quedan sin amparo ante el proyecto expansionista turco.
Cuando surgió el Oriente Próximo moderno, a principios del siglo XX, se crearon Estados multi-confesionales, pero tras las guerras de Siria e Iraq, chiitas, sunnies y kurdos sueñan con Estados de una sola confesión o de una sola etnia. Estados Unidos se marcha del conflicto sin atender a la función mediadora que, en principio, se podía esperar de la Administración Trump.