Las palabras de Felipe VI en Jordania

Cuando se cumple un año de la barbarie perpetrada por Hamas en Israel, y cuando el conflicto no ha hecho más que recrudecerse, las palabras del Rey Felipe VI, en su último día de su viaje a Jordania, son un bálsamo y una llamada de atención, sin complejos, a los causantes de tanto dolor.  

Por una parte, el Rey de España ha reconocido y admirado el compromiso jordano para lidiar con una situación tan crítica y duradera, mostrando siempre una inmensa generosidad con las víctimas inocentes de los conflictos de la región. En la actualidad, Jordania acoge a más de dos millones trescientos mil palestinos, más de seiscientos mil sirios y de cincuenta mil iraquíes, que llegan a territorio jordano con la condición de refugiados, un estatus que heredan las siguientes generaciones. El propio monarca ha reconocido que uno de los objetivos de su viaje ha sido mostrar apoyo y solidaridad al papel tan decisivo que Jordania juega y siempre ha jugado a la hora de mantener la estabilidad en la zona.

Por otro lado, Felipe VI ha endurecido el tono sin tapujos contra quienes prolongan el conflicto en Oriente Medio. Ante su homólogo jordano, ha criticado a aquellos que eligen la guerra por encima de la paz, cambian el destino de millones de civiles inocentes, acabando con vidas humanas mientras modifican fronteras y desplazan a la población de manera inaceptable. La historia nos muestra lo complicado que es, pero si hay un camino posible para salir de un ciclo de violencia que parece no tener fin, pasa por apostar por una visión común de prosperidad para la región, que, como ha subrayado el Rey, se concrete en dos Estados, Israel y Palestina, viviendo juntos en paz y estabilidad.