Podemizar la ley de seguridad ciudadana

La oposición y los sindicatos policiales han denunciado el sesgo de la nueva reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana de 2015, la llamada por la izquierda “ley mordaza”, para tratar de estigmatizarla. Hay motivos para la preocupación. Aunque también aquí, la componenda entre el PSOE y Unidas Podemos tiene más de maquillaje y propaganda que de reforma profunda, los retoques a la Ley, como denuncian desde la Policía, pueden acabar configurando un retrato de los agentes de seguridad como mentirosos y violentos.

Esta reforma incluye cesiones al mundo de Podemos y a los nacionalistas. De imponerse las tesis de los socios del PSOE, podríamos estar ante una especie de “ajuste de cuentas legislativo”, tras las condenas a dos miembros de Unidas Podemos, Isa Serra y Alberto Rodríguez, precisamente por agresiones a la Policía, como resultado de aplicar el Código Penal y la Ley de Enjuiciamiento Criminal. No tiene sentido que se permitan manifestaciones espontáneas, sin necesidad siquiera de comunicación a la Delegación del Gobierno, o que se planteen distintas multas, en función del poder adquisitivo y la edad de los sancionados.

Una vez más no produce asombro que estas iniciativas provengan de los socios radicales del Gobierno. Lo que no deja de asombrar son las rayas rojas que el Ejecutivo traspasa día tras día, asumiendo, también en asuntos tan decisivos como el de la Seguridad del Estado, una hoja de ruta ajena a su propia tradición de gobierno, con tal de mantener el frágil equilibrio que le sujeta al poder.