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El Patriarcado Latino de Jerusalén ha denunciado que la nueva Ley, que establece que Israel es un Estado judío, discrimina al 20% de la población conformada por palestinos y otras minorías presentes en el territorio, incluidos los cristianos. La nueva Ley, además, contraviene la Resolución 181 de la ONU sobre el nacimiento del Estado y es contraria a la Declaración de Independencia de Israel, que asegura a todos la total igualdad de los derechos sociales y políticos, independientemente de la etnia o la religión.
Como señala el comunicado del Patriarcado Latino, es inconcebible una Ley que ignora a un segmento entero de la población y que manda una señal inequívoca a los ciudadanos no judíos, comunicándoles que en Israel no están en su casa. Todo Estado que tenga grandes comunidades minoritarias, como es el caso del Estado de Israel, debiera reconocer los derechos de esas minorías, y garantizar la defensa de su identidad colectiva, incluidas las tradiciones religiosas, étnicas y sociales.
Los ciudadanos de Israel que son cristianos comparten la misma preocupación con las otras comunidades no-judías en lo que respecta a esta ley, y por eso expresan su objeción y denuncian los peligros que implica para el futuro de ese país.