Madrid - Publicado el - Actualizado
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Este sábado se celebra el Comité Federal del PSOE con el propósito de dar comienzo a un proceso de primarias exprés para las próximas elecciones. Si a menudo se puede pensar que las primarias son una simple formalidad, en este caso con más motivo. Pedro Sánchez se ha encontrado con el revés de la negativa de Irene Lozano y Carmen Chacón. Irene Lozano se marcha porque el partido nunca la quiso. Chacón encarna la falta de rumbo del PSC que tan pronto ataca como defiende el derecho a decidir en Cataluña. El PSOE encara la campaña electoral con la misma debilidad con la que negoció en la pasada legislatura una posible investidura: sin definir una posición clara. Sánchez va a luchar contra la posibilidad de que la alianza de Podemos e Izquierda Unida le arrebate el liderazgo de la izquierda. Y al mismo tiempo va a desear que esa alianza crezca para poder llegar a un pacto que le lleve a la Moncloa a partir de junio. De momento la definición estratégica del PSOE está pendiente. Quiere ser, a la vez, el partido que pacta con Ciudadanos en un ámbito claramente constitucional y el que puede apoyarse en la izquierda anticonstitucional. La lógica política hace imposible las dos cosas al mismo tiempo.