La República de Pablo Iglesias

En un momento en el que España necesita altas dosis de estabilidad para que la concordia y la unidad en las decisiones faciliten la pronta salida de la crisis y el camino de la recuperación, lo menos oportuno es que desde el Gobierno se ataque al sistema constitucional. Nada menos que el Vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, se atreve a pedir, en estas circunstancias de excepcionalidad, que se implante la república, al afirmar que “ya sabemos cuáles son las cosas que verdaderamente importan” y que “es el momento de tener un jefe de Estado que no vista de militar”, en alusión directa a una de las funciones constitucionales reconocidas al Rey de España.

Pablo Iglesias debe saber que desde que forma parte destacada del Ejecutivo está obligado a una especial lealtad institucional. Solicitar en medio de una terrible pandemia el advenimiento de la república es un gravísimo acto de irresponsabilidad que implica al gobierno de Pedro Sánchez, pero revela además una tremenda estrechez ideológica. Iglesias no ha sido corregido ni deslegitimado públicamente por el Presidente, de momento.

En realidad estas declaraciones revelan por qué Sánchez decía que la inclusión de Iglesias en el Gobierno quitaba el sueño a la mayoría de los españoles. A la incompetencia del Ejecutivo para gestionar las diversas facetas de la crisis del coronavirus, se suman una serie de tics autoritarios que agudizan el desconcierto y complican el escenario de salida.