Ni Sanchez detendrá el avance de la Justicia

Pedro Sánchez y su esposa, Begoña Gómez, disfrutan de un periplo por la India. Mientras tanto, en España, los ministros y ministras del Gobierno presidido por Sánchez se bandean como pueden en medio de un escándalo tras otro. Por si no fuera poco el desmán vivido en los últimos días, la esposa del presidente ha sido imputada de nuevo. El juez Peinado le imputa delitos de apropiación indebida e intrusismo que se suman a los de tráfico de influencias y corrupción en el sector privado. La citación para comparecer el próximo 18 de noviembre la encontrará en el Palacio de La Moncloa cuando regrese de su viaje a la India.

La cuestión es cada día menos jocosa, habida cuenta de que el presidente del Gobierno ha vinculado el honor de su esposa al de la función que él desempeña, al tiempo que ha decidido protegerla bajo el paraguas del Ejecutivo y de la Abogacía del Estado. Esta nueva imputación es un descrédito más para un Gobierno que alardea de virtudes de las que carece, y de una mujer, la esposa del presidente, cuyos méritos profesionales están directamente ligados a las funciones institucionales de su esposo. Todo ha sido una farsa desde el momento en el que el presidente intentó convencer a los españoles de que el dolor que le producía la persecución contra su esposa no merecía los sacrificios que le causaba su servicio a España. Es más que probable que a su regreso de la India el presidente no haya cambiado ni en su discurso ni en sus maneras. Pero la Justicia avanza imparable. Tan es así que ni el presidente Sánchez podrá detenerla.