Urgencia de un pacto de Estado

La gravedad de la crisis económica, de empleo y social, demanda un pacto de Estado capaz de articular un consenso básico sobre las medidas extraordinarias que se requieren para superar las graves dificultades por las que atravesamos. El aumento del paro en el mes de marzo y el descenso de la población activa a 18 millones y medio de trabajadores son un síntoma más de una situación en la que no se pueden aplicar solo medidas ordinarias. Estamos en la emergencia más grave desde que se implantó la democracia en España.

La anunciada ronda de contactos que este fin de semana hará el presidente del Gobierno Pedro Sánchez con los líderes de la oposición debiera servir para asentar las bases de un consenso sobre las decisiones que hay que tomar para una salida de la crisis lo menos traumática posible. No es hora de sobreactuadas estrategias políticas y comunicativas que falsean la realidad, ocultan errores y hacen perder tiempo.

Cualquier forma de acuerdo de Estado, como ocurrió con los Pactos de la Moncloa de 1977, implica una serie de condiciones, entre las cuales ocupa un lugar destacado el abandono de toda pretensión de imponer una ideología al resto de las formaciones políticas y a la sociedad. Los sacrificios compartidos por todos deben hacerse desde el convencimiento de que hay que asumir también la responsabilidad de lo que no se ha hecho de forma adecuada. Esta voluntad de consenso tendrá además un efecto benéfico en la moral de una sociedad que necesita unos líderes políticos a la altura de las circunstancias.