Madrid - Publicado el - Actualizado
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Al menos cuatro personas han muerto y 300 han sido detenidas en los disturbios del fin de semana en Venezuela, motivados por la falta de dinero en metálico, que ha desatado las protestas en la calle. La situación no puede ser más surrealista. La oposición ha denunciado una espiral de violencia agravada por la incompetencia en la gestión de Nicolás Maduro, absolutamente sobrepasado por los acontecimientos. El Presidente venezolano ordenó la retirada de los billetes de cien bolívares, en teoría para hacer frente a las mafias que los estarían almacenando, y no los sustituyó por otros nuevos. Después se vio obligado a rectificar y a mantener la vigencia de la moneda hasta el dos de enero, pero en medio del descontrol miles de comercios ya habían echado el cierre por temor a los saqueos y a la falta de dinero en metálico.Los venezolanos se han encontrado con que no tienen productos en las tiendas ni dinero en los bolsillos para comprar. Como en el discurso populista la culpa siempre la tiene otro, Maduro no ha tardado en hablar de conspiraciones, sabotajes internacionales y hasta del mismo Obama como causante del desastre. Venezuela se encuentra al borde del colapso y el Gobierno de Maduro vuelve a responder con más represión y exhibición de fuerza propagandística. Como han dicho los obispos del país, lo peor de todo es que tanta precipitación e irresponsabilidad recae sobre las espaldas de un pueblo que no hace más que sufrir el menosprecio de sus dirigentes políticos.